Fue inesperadamente breve la participación de Miguel Reginato (h) en el Dakar. La famosa dureza de la carrera le propinó una paliza a la Toyota Hilux del “Reginato Rally Team”. La rotura de los paliers, los tensores, los amortiguadores; fueron las heridas mortales en la camioneta, la tristeza fue la lesión al corazón de “Miguelito”. “Estoy muy triste porque quería llegar a Tucumán donde me esperan mi esposa y mis hijos”, reconoció Reginato (h).
El experimentado piloto entendía a lo que se enfrentaba por lo que estaba listo, pero con los “fierros” nunca se sabe. “Sabía que los caminos eran duros, pero no me imaginaba que iban a serlo tanto para la camioneta”, detalló. La Toyota Hilux transitó más de 50 kilómetros del especial cuando “Miguelito” decidió abandonar tras analizar la situación con su navegante Ezequiel Queralt. “En las dos etapas, la camioneta no se golpeó y tampoco anduvimos tan rápido como para dañarla”, explicó el piloto que se quedará a apoyar a su padre.
Para “Miguelito” hubo un episodio que condicionó el rendimiento del vehículo. “En un entrenamiento en Córdoba, de la nada se rompió la caja automática a cuatro días de empezar la carrera. Entonces optamos por poner la original, pero había que adaptar todo de nuevo y no pudimos probar lo suficiente”, dijo.
Al cierre de esta edición Miguel Reginato no había terminado el tramo. A unos 30 kilómetros del final, sufrió una dura caída en una duna que dejó en malas condiciones al cuatriciclo. Cuando LG Deportiva logró contactarlo, Reginato dijo que haría un pedido especial a la organización para que lo dejaran continuar.